Te quiero.

¿Alguna vez has sentido que no quieres saber la respuesta a algo a lo que has estado esperando, solo por miedo a no escuchar lo que quieres oír? Llevo un tiempo esperando prácticamente desesperada a esa respuesta, y ahora, cada vez, a cada minuto, tengo menos ganas de escucharla. No sé qué es lo que pasaría si no es la respuesta que yo quiero oír. Y tampoco sé lo que podría pasar si lo fuera. Estoy realmente confundida. Siento que eres diferente, no solo por ti mismo, sino también porque lo que siento esta vez a cambiado con respecto a las demás veces. ¿Amor? Ahora me doy cuenta de que no tenía ni una ligera idea de lo que era eso. Creía que había estado enamorada tantas veces...pero, ahora miro al pasado desde este presente y veo que eran puras obsesiones. Pero tú... ¿qué es lo que tienes que me vuelve tan loca? De verdad me gustaría saberlo. Pero se me hace tan difícil elegir qué es lo que más me gusta de ti... así que, tal vez seas tú en general, lo que me enamora. No pretendo que leas esto. De echo, ni siquiera quiero que lo leas. No quiero que estés al tanto del infierno que estoy pasando, no quiero que sepas lo que siento, no quiero que veas lo que veo yo cuando te miro. No quiero que me escuches, solo deseo que me quieras... Llevo tanto tiempo sin escribir... todo lo que publico, normalmente está escrito hace tiempo, pero, ¿y ahora? Ahora, después de meses, eres tú mi inspiración. Ahora, después de meses, eres tú el que me ha dado la fuerza para sacar lo que siento y mostrarlo al mundo. Y aunque tú ya sabes lo que me pasa, no me he atrevido, ni me atreveré a decírtelo personalmente. No quiero recibir una mala respuesta, aunque sepa que es la más probable, no quiero oírla, y mucho menos personalmente. ¿Cómo solucionar un conflicto entre cuerpo y alma? ¿Cómo puedo ser feliz si eres tú quién me hace llorar, pero también el único que me saca sinceras sonrisas? ¿Se puede saber qué es lo que guardas dentro de ti, que hace que no pare de decir tu nombre? Siento que de repente mi mundo gira entorno a ti. Y sinceramente, no quiero que seas el centro de todo, aunque ya sea tarde. Porque, ¿qué haría entonces, si no consiguiera ser yo el centro del tuyo?